Un famoso actor de teatro la definió como el único lugar donde los leones vuelan y las palomas caminan.

Se trata obviamente de la inmortal, etérea y romántica Venezia.

Inmortal porque, si bien construida enteramente sobre el agua, desde los tiempos de la “Serenissima Repubblica”, sus naves surcaban el entero Mediterráneo, regresando colmas de especias, telas y todo tipo de preciadas mercancías, los siglos non han disminuido su fascinación.

Etérea porque no parece pertenecer a este mundo: el encanto que regalan las mágicas vistas entre los canales y las estrechas calles, los juegos de luces sobre las aguas de la laguna se insinúan entre históricos edificios.

Romántica porque un paseo en góndola puede ser uno de los más bellos recuerdos para compartir con la persona amada (tal vez conocida justamente aquí).

Y así, cruzando en transbordador la laguna, se llega a Piazza San Marco, a la sombra del célebre campanario y bajo la mirada del león alado, símbolo del evangelista y de la antigua república gobernada por los “dogi”, cuyo poder está representado en el Palazzo Ducale, mientras la maravillosa Basílica recuerda los lazos con el Oriente Bizantino.

De allí, a perderse por las laberínticas calles y reencontrarse en el Ponte di Rialto, el más antiguo en la ciudad de los 300 puentes, aunque el más famoso es el Puente de los Suspiros, que conducía a los condenados hacia las cárceles, donde fue recluido Casanova, número uno en del arte amatoria.

Culpables de amor fueron también Romeo y Julieta, cuya casa con el balcón hecho famoso gracias a la pluma shakesperiana, se encuentra en la mitad de la etapa hacia Verona. Ésta y otras obras líricas cobran vida en la célebre Arena y durante la temporada lírica les daremos la oportunidad de asistir, en aquella que permanecerá como una inolvidable noche en la Opera, en compañía de Romeo y Julieta, de la princesa Aída o del líder Nabucco, según lo que proponga el programa, en todo caso siempre coronado en el anfiteatro romano mejor conservado en absoluto.

Verona bajo el dominio de Roma y luego de Venezia, como lo atestigua el león alado que encontramos en la central Piazza delle erbe.

Permaneciendo en la provincia de Verona, y pasando junto a los viñedos que ofrecen de Merlot y Bardolino a todas las mesas del mundo, arribamos a la relajante (Lazise o Peschiera), para una agradable pausa en la costa del Lago de Garda, el más grande de Italia.

Pero el tour no termina aquí, porque según las diferentes opciones y los diferentes periodos del año, se descubrirán otras bellezas del Noreste.

En el corazón de la región del Véneto está Padova , la ciudad de San Antonio y sede de una antigua Universidad, en la cual enseñó Galileo, luego BASSANO donde es casi obligación una copita de grapa, y Marostica, ciudad donde las piezas deajedrez se hacen humanas.

Más al norte, está el Lago de Lago di Misurina, sobre cuyas aguas se reflejan las imponentes Dolomitas, cuya reina permanece en Cortina d’Ampezzo.

Otra región el Trentino, ve en la antigua Trento su centro.